20.10.08

.sueños. .20.10.08.

Había estado con mi hermana hablando sobre un libro. La recuerdo asomándose a una esquina engañosa dentro de una casa a media luz, en tonos anaranjados. Dentro de ese libro yo guardaba un papel, una impresión con varios datos sobre documentos que tenía que conseguir.
Voy a la embajada de Cuba, que es un salón grande, con paredes de cristal alto y piso de piedra, pero que únicamente se compone por un gran escritorio central. Una especie de recepción cuadrada, muy larga y clara, dentro de la cuál se encuentran unas mujeres que lucen todas iguales. Sus sitios de trabajo están llenos de elementos de oficina como engrapadoras, lapiceros, pero no parece haber nada más, nada relevante. Me acerco y les pido una documentación que es la principal que necesito presentar. Le doy unos papeles para conseguirla y se aleja un poco para ver en unos cajones. Mira los apuntes que tengo, sobre los planes de estudio de la escuela de cine, y se ríe diciéndome si eso es lo que pretendo hacer. Le digo que sí y luego me insiste en que necesito otros documentos, pero le digo que no, que ya había leído todo y que era lo único. Parecía bastante enfadosa y buscando simplemente llevarme la contraria. Comienza a hablar con otra de las secretarías y parece ignorarme, hablan en voz alta y ríen de vez en cuando, con una risa aguda y molesta.
Hay una chica junto a mí, quizá un poco más pequeña que yo, luce muy delgada y frágil. Me dice que ella está haciendo los mismos trámites, pero que la escuela donde quiere ir le pide más cosas y que es difícil ver todo. Que las secretarias son siempre así y que no les haga caso. Me da su mail y me pide que le escriba, que podríamos ayudarnos o irnos juntas. Veo su caligrafía pequeña en mi libreta, su mail es v_b5@... Me parece agradable pero no estoy segura de que vaya a escribirle después, se va. Yo espero un rato más y de pronto todo parece desierto. Las secretarías lucen mucho más lejos y ya hablan bajo y de otras cosas, sin darse cuenta ya por completo de mi presencia. Me voy también.
Regreso al punto en que hablaba con mi hermana, asomándose por la esquina engañosa, con los tonos anaranjados a la luz del día. Vuelvo a hablarle del libro.
Entonces despierto.




En mis sueños suena "What can I say?" de Brandi Carlile.

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