28.9.08

.sueños. .28.09.08.

Nuestra casa parecía de puertas abiertas. Grande y falsa, como los muebles en exhibición de una tienda. Pasillos luminosos pero opacos, enormes y convergentes hasta nuestra habitación: una sola cama. Me encuentro con mi primo Andrés como si viviéramos juntos, tenemos unos invitados rituales, como si cada cierto tiempo se repitiera la misma dinámina. Atravesamos sitios, vamos de un lado a otro, caminamos, subimos, en el transcurrir se resumen todas las acciones: no recuerdo los espacios. A uno de ellos lo conozco, está cerca de algún modo y es como si nuestra historia estuviese incompleta. Lo miro, a veces, y él también me mira, pero no hablamos. En cierto modo lo evado y yo misma me ubico lejos.
No hay modo de medir los días ni tampoco de conocer la rutina por completo. En algún momento nos levantamos Andrés y yo, nuestras camas están unidas por los pies y dormimos como una imagen reflejada. A nuestros lados los sitios están vacíos: se han ido. Entonces me siento culpable por haber montado aquel teatro silente, miro la almohada donde él dormía y tiene algo escrito con la tinta corrida sobre la tela blanca. Pero no lo leo. Sé que volverán hasta dentro de un año y entonces siento que el tiempo se alarga y aquella premisa resulta casi imposible de alcanzar. Andrés no dice nada pero siento que me recrimina, que todos me recriminan.
Me propongo escribirle una carta y comienzo por hacer referencia a una película cuyo nombre no puedo recordar. Doy vueltas y vueltas pero si no recuerdo el nombre no hay modo en que pueda iniciar. Salgo a la calle y hay una chica muy alta y muy rubia esperándome, la alcanzo y camino a la par de ella. Nos dirigimos a un estacionamiento. Le pregunto por las películas que conoce de cierto actor que sale en la que yo busco, refiero el título de algunas que yo consigo recordar. Ella me dice que la única película que ha visto de él es una cuyo título lleva la palabra 'colmillo'. No recuerdo yo esa película, me detengo dudosa ante la puerta de su auto.
Entonces despierto.



En mi sueño suena "Casiopea" de Silvio Rodriguez.

2 comentarios:

Isabel Tejada Balsas dijo...

"Nuestra casa parecía de puertas abiertas. Grande y falsa, como los muebles en exhibición de una tienda."
"No hay modo de medir los días ni tampoco de conocer la rutina por completo."
"...dormimos como una imagen reflejada."

¿te dije ya que me encanta como escribes? :)

Meryone dijo...

volví...

por qué no conozco esa canción de silvio??

porque debe ser prácticamente la única que no conozca, creo

besos