16.11.08

.entre líneas.


Mario rememora con nostalgia los tiempos (una hora atrás) cuando podían hablarse en voz alta y hasta reír. El portafolios se le está haciendo demasiado pesado y de nuevo tiene la tentación de abandonarlo a su suerte. ¿Abandonarlo sin antes haber revisado el contenido? Cobardía pura.
Siguen caminando sin rumbo fijo para despistar a algún posible aunque improbable perseguidor. No son ya Pedro y Mario los que caminan, son un saco y un portafolios convertidos en personajes.
"Aquí pasan cosas raras", Luisa Valenzuela

A veces yo también quisiera contar muchas cosas, transformarme dentro del cuento, volverme un objeto. Camuflajearme con el lenguaje, que no es cualquier cosa. Así se me apareció Luisa primero inaugurando los días como noches invertidas, días naranjas. Pero yo olvido fácilmente las cosas, me digo mentalmente que tengo que conseguir un libro de ella pero espero hasta volver a encontrármela en mis lecturas narratológicas y decirme que a esta mujer no la conozco, aunque sí. Pensar que tenía un gato imaginario pero no, ella no. Por eso mi biblioteca es tan desorganizada. También yo cuando encuentro algo me gusta pensar que ha sido dispuesto ahí para mí, que aquí también pasan cosas raras.

3 comentarios:

Isabel Tejada Balsas dijo...

Que pasen cosas raras, pero para bien, por Dios, para bien de una vez ¬¬

besos raros .^

Meryone dijo...

me encanta ese texto de girondo!

veo que te has montado un par de blogs más (al final sustituiremos todos el fotolog con esto, ya lo verás)

ya sé llorar otra vez

y en la biblioteca de mi casa, la que fue de mis padres, la que es de mi padre solo, había veces que aparecían cosas sólo para mí

sobre héroes y tumbas fue una de ellas

besos

besos grandes, además

R. dijo...

Quiero días naranjas.