11.11.08

.detalles diurnos.


Nunca había estado más cerca de parecerse a sus patologías: un abismo en la boca del estómago, la retórica de las malas películas de terror. El orden en que los personajes caen, en que ustedes caen, como fichas de ajedrez. Nunca había visto un arma, más allá de la seguridad de las películas violentas. Hay algo más, algo que te toca. La piel como un vasto mundo incongruente. Su piel camuflajeada con el agua de la tina, con el sonido ensordecedor de la regadera lluvia al caer. No te cree que llamaras frágil a Ana. Recuerda a una pelirroja, pero más recuerda los golpes a la puerta de madrugada. El choque en el sótano, el escape del hombre triste. Qué cerca estaba la realidad, su realidad de televisión. Sus encuentros de fiebre bajo el semáforo, los ríos de coches detenidos: todos somos espectadores de la miseria. Entonces sí el final feliz, el abandono cómodo a los lugares comunes era: despertó, todo había sido un sueño. Pero no.

5 comentarios:

Isabel Tejada Balsas dijo...

"todo había sido un sueño. Pero no."

Me desarmas sin piedad, gamberra n_n

Besos desarmados .^

R. dijo...

Los mejores (o peores) sueños se tienen con los ojos abiertos.

Meryone dijo...

nébula me lee el pensamiento y, en tus cuentos, resalta las mismas cosas que resaltaría yo

pero algún día llegaré yo antes


muahahahaha

besos

Isabel Tejada Balsas dijo...

http://susurroypienso.blogspot.com/2008/11/se-hace-camino-al-andar.html

.^

alegp* dijo...

http://www.revistareplicante.com/12/pensamiento2.html

seguro algo te interesará minimamente