21.9.08

.sueños. .21.09.08.

Avanzo por un pasillo rojo. Todo luce cerrado y las direcciones pierden sentido, avanzo en línea recta hasta que este pasillo de la vuelta sobre sí mismo y continue hacia arriba, desdoblado. Llego a una especie de patio recortado dentro del mismo pasillo. Han desaparecido las paredes y hay un salto antes de continuar, a diferente altura. Está Mónica sentada frente a una mesa, parece que hace algo. Los bordes, las mesas y las sillas son todas blancas. Hablo ligeramente con ella, pero me siento extraña. Salto a la continuación de la línea roja y hay una mujer, casi en la misma posición que Mónica, pero también con una especie de asador donde prepara unas carnes. Me habla, y parece que hablara español pero no puedo entender nada. Me da comida, un poco servido en un plato y otro poco en una bolsa de plástico, para comer luego. Luce amable, de pronto otras personas aparecen y les da más de comer y luego desaparecen por un lado u otro. Regreso con Mónica, quien continua inmersa en su labor, hablo de lo extraño que es estar en Alemania y que aquella mujer es la única que ha sido amable conmigo en todo aquel país. Alguien, junto a nosotros, vuela un papalote blanco con formas extrañas. Luego llegan también Cinthia y Dulce y se sientan en la mesa y empezamos a hablar, como si ya estuvieramos lejos y todo fuera una plática sobre el pasado.
Entonces cambia el sueño.
Voy caminando por una calle de noche. Todo luce húmedo, la calle luce enorme y apenas iluminada. No pasan los coches y se ven pocas personas, aunque de vez en cuando las luces de los locales a mi lado están encendidas aunque el lugar esté cerrado. Llego hasta un lugar donde hay varias personas, conocidos que no alcanzo a identificar del todo. Varios hablan, me hablan, pero me siento sola, no entiendo lo que dicen. En el frente entonces veo el artefacto. Es una especie de nuez metálica, con formas como de submarino, que se abre por la mitad, como una nuez. Es completamente blanco y sólo yo parezco saber lo que significa. Corro hacia él y lo mantengo cerrado, les pido ayuda y varias personas me ayudan a sostenerlo, aunque sin demasiado énfasis. Les preguntó cómo pudieron dejarlo abierto. Aunque las ventanillas no muestran nada dentro yo puedo sentirlo. Por movementos muevo todo el objeto para que se note como en la parte inferior, de tela, un cuerpo pequeño se mueve mecido por las sacudidas. Necesito cerrarlo y les pido a unos amigos detrás de mí que vayan a comprar un candado. Uno sale hacia la única tienda abierta a esas horas. Otra se acerca y comienza a tirar muchos clavos junto a mí, de todos tamaños y colores. Les preguntó para qué son y me dicen que para cerrarlo. Le digo que con clavos no se puede, le grito. Tiempo después regresa el chico que salió y me trae también clavos. Estoy harta, dejo a alguien sosteniendo el objeto, que para entonces ya muestra muchas aberturas que me preocupan. Pero salgo con otro amigo y vamos a la tienda. Caminamos como una cuadra y ahí está, encendida. Todo el lugar está lleno de herramientas, paredes enteras llenas de candados. Tomamos un par pequeños mientras él escoge otras cosas. Entonces otro chico entra, me saluda, lo veo, y me dice que vayamos a otro lado. Me voy sin que me importe mi amigo escogiendo herramientas, o siquiera regresar.
Entonces despierto.




En mi sueño suena "Quién fuera" de Silvio Rodriguez.

1 comentario:

Isabel Tejada Balsas dijo...

Varios hablan, me hablan, pero me siento sola, no entiendo lo que dicen.

Ains...