31.7.08

.sueños atrasados. .27.07.08.

La playa era clara y daba la idea de que las casas se organizaban justamente hasta donde llegaban las olas. Yo no podía ver las demás casas, en realidad, me encontraba de frente a un restaurante debajo de una gran palapa. Todo lucía blanco, una barda de piedra gruesa y blanca bordeaba la primera zona, y a lo lejos podía ver unas pequeñas escaleras que conducían a otro salón que desconocía. No había nadie, todavía, las mesas estaban vacías y ni siquiera se veía algún mesero rondando. Llegarían, el sol estaba en su punto y una suave brisa daba el toque adecuado al lugar. Estaba esperando a alguien, pero lo esperaba para alejarme con él, o con ellos.
Yo caminaba por la barda de piedra, bordeando el lugar, mirando únicamente mis pies y el lugar comenzaba a llenarse de gente y gente que yo jamás miraba a la cara. Sus voces eran murmullos que componían un ruido suave, como de grillos. A veces el agua de las olas crecía, como una marea extraña y llegaba al lugar hasta superar las bardas y comenzar a inundarlo todo. Nadie se movía, todo quedaba cubierto por un mar frío de agua cristalina que parecería dulce. Entonces del mismo modo, se alejaba.
A punto de irme descubría que había olvidado mi celular en alguna parte y recordaba haberlo dejado en una de las esquinas, caminaba de vuelta hacia él y estaba cuidadosamente colocado en medio de la barca. Pequeño y negro. Lo recogía y me disponía a irme aunque no había concluido mi espera.
Entonces entraba Alejandra en el lugar, vestida elegante pero tropicalmente, acompañada de un par de amigas que entraban directamente sin voltear a ver a nadie más hasta atravesar las escaleras hacia el fondo. Alejandra se detenía al verme, yo ya me encontraba en la entrada, y me recordaba que habíamos quedado de hacer algo en unos días. Yo le preguntaba entonces si ya había inscrito las materias del próximo semestre y ella me respondía que no, que se había cambiado al TEC y a la carrera de comunicaciones, ambiguamente comentaba que este semestre no metería ninguna materia. Yo lo recordaba y entonces no me sorprendía, sentía que todos habían abandonado ya y era completamente natural. Me recordaba de nuevo nuestra cita y se alejaba hasta las escaleras del fondo. La marea comenzaba a subir de nuevo. Yo me alejaba entonces caminando por el borde de los demás lugares a la orilla.
Entonces despierto.




En mi sueño suena "Me gustas cuando callas" de Brazilian Girls.

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